sábado, 26 de octubre de 2013

Adios... ¿verano?

Hola mundo:

El verano ha sido caótico, incluso me atrevería a decir que no he tenido verano (nada de playa, nada de piscina), pero objetivamente saco un balance positivo de ello.
Como creo que ya sabéis, llevo trabajando con Grupo Diamond desde marzo de 2013. Toda una experiencia. Ya me dijeron que no me arrepentiría y que era la mejor orquesta a la que podría acceder si era nueva en este mundillo, pero la realidad ha superado mil veces a la ficción. Este verano se ha formado una nueva familia. Obviamente, todos entramos aquí por trabajo, pero la gira ha hecho que nos convirtamos en compañeros y mucho más. Todos nos hemos ayudado, y todos nos hemos soportado algunas veces. Esto es lo grande. Solo tengo palabras de agradecimiento para esta nueva unidad tan genial que hemos formado entre todos: Manu Vicente, Sergio Moya, Sergio López, Rafa Sánchez, Javi Olivera y Greg Yuste. Y como no a ese cuerpo... ¡que digo cuerpo! ¡Cuerpazo técnico! Mario Anzalone, Paco Ballesteros y Jose alias “El Macho pindongo”. Sois mi familieta y en breves os llevaréis una grata sorpresa en vuestro honor... Ahí queda la cosa...

Este ha sido mi gran reto del verano, estar a la altura de semejantes profesionales de los cuales he aprendido y me queda mucho por aprender. ¡Pero no ha sido el único! Otro de los que considero exitazos del verano ha sido sacar a la luz y de la forma en que se hizo, tan especial, el musical Hedwig y el Centímetro Cabrón (Hedwig and the Angry Inch, para quien quiera escucharlo en Spotify), gracias al cráneo previlegiado de Miguel Ángel Belotto, que ha dirigido la obra y encarnado el personaje de Hedwig de forma MAGISTRAL. Has traido esperanza a la cultura almanseña y has hecho de nuestro querido Teatro Regio un lugar para la reflexión, para la pasión, para el rock, para todo aquello que considero arte, pero mucho más allá de lo que la ciudad podría imaginar. Y para quien lea esto, quiero aclarar, que, el gran éxito de esto reside en el gran valor que hemos tenido, y en especial, Miguel Ángel, para creer que Hedwig podría tocar los corazones de todos los almanseños. Por supuesto, no lo hizo solo, esta experiencia la compartimos con Valero, Jorge, Ángel, Pablo, Mario, Patri y Belén. Sois todos grandes artistas y grandes profesionales, creo que lo hemos demostrado. Gracias.

Por último, quiero hacer mención, también a otra no creación, pero sí consagración que ha dado a luz este verano, que es Detterman, el proyecto de mi media naranja musical, José María Javaloyas, en el cual participo modestamente como corista y showgirl espontánea, algo así como la Nancy O de Determan (Marta, me encantas). En realidad yo no hago mucho, pero me encanta sentirme parte de ellos. :) Rock abierto, de ese que yo llamo, existencial, con toques de picardía y canallería española. Presentamos banda y temas los días 8, en La Cabaña del Tío Rock (Almansa), y 9 en Lala (Valencia).

No es esto lo único que he hecho durante todo el verano, pero es lo que más me ha marcado y con más orgullo podría contados. A partir de ahora, a trabajar a tope con Grupo Diamond, a pasarlo teta con Detterman, a planificar el proyecto Sarahloud y a sacar la Uni a flote... ¡que también tengo tralla por ahí!

La Música es mi vida, mi vida es Rock.
Canta, Toca, Baila, Siente...

viernes, 25 de octubre de 2013

Show must go on

A veces me da por pensar que soy puro espectáculo. No son delirios de grandeza. Creo que quien tiene este virus en sus venas, podrá entenderme.

No nos lo podemos despegar, no podemos vivir sin él, puede llegar a agotarnos, pero al cabo de un tiempo lo necesitas. Tanto como comer, o beber, o respirar. Lo haces en casa cuando nadie te mira y te sientes tú. Pero no es suficiente. El escenario nos llama.

Ortega y Gasset escribió Miseria y esplendor de la traducción (gajes del oficio), todos los días en clase me dicen que esta miseria y esplendor de la traducción o de la interpretación, de veras existe, en cuanto que un buen traductor o intérprete, cuanto mejor realiza su trabajo, más invisible resulta. Pensadlo en un momento: aunque según como lo pensemos esto no es totalmente real, pero ¿quién se acuerda del maravilloso traductor (o traductores) de Los Simpson cuando la ven? ¿Quién dice “que escritor más cojonudo es Fulano, que ha hecho una traducción de Harry Potter que hace que millones de personas puedan leer las obras de J. K. Rowling?” Ni si quiera yo, que me considero fan del fenómeno Harry Potter y que soy traductora sé quién es... sabemos que los traductores o los intérpretes solo existen cuando a Mourihno se le antoja dejar en ridículo a su intérprete para salir al día siguiente en las portadas de la prensa. Sin embargo, nadie se hace una idea de la satisfacción que da terminar una interpretación, salir de un modo mental de trabajo extremo; escribir el último punto de una traducción cuyos problemas nos hemos llevado a la cama, el trabajo bien hecho; y que precisamente ese éxito se materialice en una invisibilidad a los ojos del público.

Creo que el artista sufre, también una miseria y esplendor del espectáculo, aunque de forma totalmente análoga. Cuando nos subimos a un escenario experimentamos una sensación que nos hace sentir únicos, nos mantiene alerta, nos da adrenalina, y todo lo demás no importa, ni debe importar (el espectáculo debe continuar). Nos debemos a un público que merece ver tu mejor sonrisa, tu mejor yo, y así es como te sientes: la mejor versión de ti mismo. No es una adicción al protagonismo, es una adicción a la felicidad. Muchas veces mis padres me dicen “no te líes más, que luego estás muerta”. Pero no lo podemos evitar. Queremos crear.


El problema que me viene a mi por esto, es que creo que ese bloqueo emocional comienza a afectarme a mi vida personal también... creo que soy capaz de dejar de sentir. Puedo entender, puedo empatizar, pero “el espectáculo debe continuar”. No me gusta mostrar mis sentimientos, no los quiero mostrar, ¿o no los puedo mostrar?... ¿Los tengo? Ni si quiera en situaciones límite. Me observo y me veo fría, serena. Y todo me lo tomo así, con serenidad. Y luego cuando estoy sola todo se me viene encima. Esa es la miseria y esplendor del mundo del artista. Damos nuestro mejor yo, y nos guardamos nuestro peor yo para cuando nadie nos ve. Llega un punto en el que todo el mundo, es un público que merece tu mejor sonrisa.

:(